La “cirugía periodontal” es un procedimiento terapéutico complementario al tratamiento periodontal básico inicial y al que sólo se recurre cuando una vez reevaluados los resultados de dicha fase inicial básica.

Se hace en algunas ocasiones donde no hay otra opción para llegar al resultado que se necesita. Se intenta evitar hacer cirugías periodontales por el riesgo de la intervención, y hay distintas técnicas que se pueden realizar.

Al realizar una cirugía periodontal hace falta conocer los riesgos que conllevan. Por eso, siempre se intenta empezar por un tratamiento no quirúrgico para eliminar la mayor placa posible. Por ejemplo, mediante profilaxis o raspados intentar llevarse la placa y el cálculo supra y subgingival. También, dar al paciente unas pautas de higiene bucal estrictas para conseguir la salud de los tejidos gingivales. Este tratamiento habitualmente es largo, y todo depende del compromiso del paciente, pero con este se puede evitar llegar a una operación periodontal.

Sin embargo, hay ocasiones en las que las bolsas periodontales hacen que el tratamiento no quirúrgico no sea efectivo. Las bolsas con más de 5 milímetros son un riesgo porque hacen que la enfermedad progrese y no vale de nada el tratamiento. En estos casos hace falta un tratamiento quirúrgico para reducir o eliminar esas bolsas periodontales. Pero, existen varios tipos de cirugías periodontales para retirar estas bolsas.

La cirugía resectiva o también de acceso Este tipo de cirugías periodontales son intervenciones para acceder a la zona superficial radicular y al hueso del diente, para así reducir poco a poco las bolsas del tejido blando. Estas bolsas se sitúan por encima del hueso alveolar, aunque pueden también ser intraóseas, pero es menos común y no con mucha profundidad. Este tipo de cirugía se ha depurado con el paso del tiempo y minimizando riesgos. Actualmente, se utilizan colgajos con preservaciones papilares y una técnica muy poco invasiva. Se busca eliminar las bolsas pero conservar el mayor tejido de soporte periodontal. La cirugía periodontal regenerativa Este segundo tipo de cirugía periodontal consiste en aumentar el nivel del hueso y de inserción clínica del diente mediante injertos y biomateriales. Al final, se busca lo mismo que en la cirugía anterior, disminuir la profundidad de la bolsa al máximo con una intervención poco invasiva. Los tejidos que se usan son del propio paciente, aunque también pueden provenir de otras personas o aloinjertos de bancos de tejidos, de tipos de animales o de material sintético. Con este tipo de cirugías importa mucho el cuidado postoperatorio, ver que la placa no se genere de nuevo y evitar el tabaco a toda costa. Cirugía mucogingival Este es el último tipo de cirugía periodontal y tiene como finalidad prevenir los defectos gingivales de la mucosa alveolar o del hueso. El procedimiento puede ser de un aumento gingival, cubrimiento radicular o alargamiento coronario que pueda haber en los implantes. Es una de las más demandadas para tratar recesiones gingivales con causa estética. La técnica más usada es el desplazamiento coronal del colgajo o también la técnica bilaminar con interposición de tejido conectivo. Al final, hay varias cirugías periodontales, pero siempre se va a intentar evitar llegar a ellas porque es más conveniente un tratamiento no quirúrgico. En el caso de tener que hacer una intervención, el dentista analizará cuál de las tres cirugías periodontales conviene más. Todo depende del paciente, del estado y la localización de las bolsas periodontales. A su vez, depende del resultado que se quiera obtener, unas técnicas son más invasivas que otras, unas tratan de reducir el tamaño y otras eliminarlas por completo. Y el factor postoperatorio también entra en juego a la hora de escoger una cirugía periodontal u otra.

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